Este procedimiento puede dirigirse a la cejas exclusivamente, para levantarlas, con técnicas sencillas justo en esta misma zona, utilizando sutura o hilos rusos o puede ir más allá, a través de una técnica tradicional con una incisión que se hace detrás de la línea de implantación del pelo, o también endoscopia, la cual permite hacer incisiones más pequeñas.

Con estas dos últimas opciones, se puede modificar no solamente la posición de las cejas, sino también las arrugas o pliegues que se forman en la frente y entre las cejas.

Los cambios más frecuentes que encontramos en esta zona, ya sea por envejecimiento (pérdida de elasticidad y tono de los tejidos) o por constitución genética, son:

• La ceja caída en su porción externa o cola.
• El párpado superite pesado sobre el ojo, por excedente de piel, músculo y/o tejido graso.
• La prominencia de las bolsas de tejido graso en los párpados superiores y/o inferiores.
• Las arrugas laterales al ojo y párpados, conocidas como patas de gallo.
• Los surcos verticales y profundos, que se forman entre las cejas (entrecejo).
• Los pliegues horizontales que atraviesan la frente.
• Las arrugas horizontales en la nariz, debajo del entrecejo.
• En personas de mayor edad, arrugas finas por todo el rostro.

Todo esto es consecuencia de la flacidez y la acción repetida de fuerzas musculares, las cuales con el paso de los años van dejando huellas en la piel y causan el descenso de estructuras que deberían permanecer en posición.